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Fotografía: Rodrigo Olvera y Manuel Agüero

Juan Heladio Ríos

"Yo soy como el Tiranosaurio Rex, pero no agresivo, sino sentado en mi trono" 




Melómano, médico y coleccionista de cine, Juan Heladio llegó el año 1981 al tianguis del Chopo y ha asistido ininterrumpidamente todos los sábados hasta el día de hoy. Desde el puesto de películas más antiguo del Chopo, nos cuenta sobre su vida y el tianguis.

1. ¿Cómo te defines Juan Heladio? 



Actualmente soy médico. Dirijo seminarios de Patología, de Bioética, de Tanatología. Y me gusta dar clase a las enfermeras y a los médicos sobre diabetes y obesidad e hipertensión. A eso me dedico.
Vi pasar el rock, vi pasar el cine, vi pasar todo. No me di cuenta, como Parsifal, el pendejo ve el santo grial y por estar viendo la chava, no sabe qué es el santo grial. Y cuando dice: pendejo, pendejo, ¿dónde está el santo grial? Nunca lo encontró.



2. ¿Cómo empezaste a escuchar rock? 


Es que mi papá tocaba guitarra, tocaba mandolina, y tocaba música de los cuarenta y cincuenta de México, que era música romántica, música de tríos, música boleros, mucha música cubana. Y no me gustaba, nunca me gustó. Y cuando oyó mi papá la música que oía, no le gustaba, un divorcio. Porque él decía que era una música muy fea, era una música muy desagradable y que hacían mucho ruido. Y a él le gustaba escuchar la música de tríos, por ejemplo, o de orquestas, de Ray Conniff, de Glen Miller, entonces, fue totalmente diferente.
Pero yo me siento muy bien de que mi generación hubo una ruptura entre el rock y la música anterior. Nos colonizaron perfectamente, mentalmente, ya no nos gustó esa música. Yo no la conozco bien, la música romántica.
Como adolescente viví una época dorada para mí, porque en la primaria eran Los Beatles, cuando entré a la secundaria era Bob Dylan, Joan Báez, la nueva ola inglesa. Y de ahí para adelante viví envuelto en el rock and roll. Por extrañas circunstancias, en la vocacional había gente, en la prepa, que oía mucha música y que eran músicos. Entonces, fue un romance con el rock.



3. ¿Qué implicaba ser un rockero en aquella época? 


Pues me tocó el mero hippismo. Todo lo que es la prepa, con huaraches, con pantalones de campana, con patillas. Nada más que cuando entré a estudiar medicina, me tuve que cortar el pelo y tuve que usar uniforme blanco.

Entonces, a los 18 años se acabó mi vestimenta rockera con todo el pelo largo y toda la ropa estilo hippie del momento.






4. ¿Cuándo empezaste a asistir al Tianguis Cultural del Chopo? ¿Por qué lo hiciste? 




Fíjate que es muy interesante, porque los amigos que viajaban a Estados Unidos, a Brownsville, bueno, se iban más lejos, a Nueva York, a la Costa Oeste, empezaron a traer en VHS grabaciones de sesiones de jazz. Y como había un grupo de jazzeros y freejazzeros en el Chopo, yo tenía dos videocaseteras y les grabé uno de Max Roach y otro de Duke Ellington. Grabé tres y me dijeron: tráenos más. Y les traje, y querían más. Y luego me preguntaron si tenía películas, les dije que sí, y me pedían películas relacionadas con el rock.

Entonces, empezó para mí un floreciente asunto económico, que yo no siquiera tocaba el dinero de lo que ganaba y viví del Chopo toda mi vida a partir de que fui trayendo películas.





5. ¿Cuál ha sido uno de los eventos más importantes que has vivido en el Chopo 


Ah, una cosa muy curiosa es que cuando vino la Polla Récords, un pinche amigo, cuando estaba el slam, estaba muy grande, me cargó y me aventó al slam. Yo ya era un señor de cuarenta años. Aurelio me aventó al slam cuando vino la Polla Récords. Pues fue para mí una cosa, así, volé. Allá estaba el slam y me aventaron y me pasaron. Y los de Polla Récords traían un agua y con aspersor nos la echaban a todos.



6. ¿Cuál es tu rutina los sábados de tianguis? 


Vengo y pongo las películas y empieza a llegar la gente que me encargó filmes. Y empiezan a llegar los amigos que traen de regalo libros, que traen de regalo videos, CD, y yo les doy otros regalos. Y hablamos de cine toda la mañana, de literatura, de filosofía. Nos tomamos muchas fotos y les invito sodas. Y me vienen a vender libros, DVD, CD, y todo el tiempo estamos en la plática y yo estoy hable y hable y hable todo el tiempo. Y para las cinco de la tarde estoy exhausto.



7. ¿Crees que el Chopo ha sido un lugar importante en la Ciudad de México? ¿Por qué? 


Creo que no es ninguno importante. Es un tianguis más, más bonito, más diversificado, donde puedes buscar películas difíciles de conseguir, discos, acetatos, playera, pero el Chopo está muerto…está muerto. Es la nostalgia y la formación de nuevas generaciones de melómanos, de cinéfilos, de lectores. Pero ya no es nada relevante.



8. ¿Cuáles han sido los principales logros del Tianguis Cultural del Chopo? 



Fue el lugar de encuentro de los músicos, el lugar de venta de instrumentos, el lugar de encuentro de melómanos, de gente que hacía negocio trayendo discos de Japón, de Holanda, de Inglaterra, de Francia, de Italia, de España, llegaban aquí. El lugar difusor de la música, porque, primero que nada, el tianguis del Chopo es un lugar para pobres, para los pobres, para la perrada del norte, para los del norte, eso es el Chopo.

ENTREVISTA

Realizada por Manuel Agüero

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